En Leganés, tanto en zonas residenciales como en áreas comerciales, el agua estancada se convierte en un enemigo invisible. Lo que parece un simple charco en un patio, un desagüe mal mantenido o una fuente en desuso, puede transformarse en un foco perfecto para la aparición de plagas.
El problema…
El clima cálido y la alta densidad urbana de Leganés favorecen que pequeñas acumulaciones de agua se conviertan en criaderos. Lo más preocupante es que, en la mayoría de los casos, los vecinos no detectan el riesgo hasta que ya aparecen los primeros signos de infestación.
Consecuencias para viviendas y negocios
- Mosquitos: picaduras constantes, molestias y posibles riesgos de transmisión de enfermedades.
- Cucarachas: colonizan desagües y cocinas, propagando bacterias y generando rechazo en clientes y visitantes.
- Roedores: utilizan arroyos y alcantarillas para entrar en garajes y locales, dañando infraestructuras y contaminando alimentos.
El impacto no solo afecta a la salud: en restaurantes, bares y comercios de Leganés, la presencia de plagas también compromete la reputación y la confianza de los clientes.
La solución: prevención en origen
La clave está en cortar el problema antes de que aparezca. Algunas medidas básicas incluyen:
- Revisar desagües y arquetas en comunidades de vecinos.
- Mantener sótanos y trasteros secos y ventilados.
- Vigilar recipientes en terrazas y jardines para que no acumulen agua.
- Controlar fuentes ornamentales o zonas de riego en parques privados y públicos.
Leganés y la importancia del control local
En un municipio con tanta actividad residencial y comercial como Leganés, la prevención de plagas en agua estancada es esencial para garantizar la salud pública y la seguridad de los espacios privados. Identificar a tiempo los focos y actuar con rapidez es la mejor manera de evitar infestaciones que puedan extenderse a gran escala.